15 jun 2010

IDEs libres, tiempos de austeridad y fomento de la competitividad


Acometer la implantación de una IDE es un trabajo que implica dedicación y atención a aspectos no solo técnicos. En la época actual, la situación económica de las empresas en general, y de las relacionadas con la Administración Pública, en particular, es un reto añadido. Creo que es importante, de vez en cuando, rescatar el debate y hacerlo palpable ante nuestras Organizaciones e Instituciones.

Sin olvidar la calidad que deben tener los datos tratados y los servicios ofrecidos por una IDE, se debe prestar atención a cómo optimizar los recursos de los que disponemos y qué necesidad de gasto es realmente necesaria. Creo que a veces es necesario detenerse y recapacitar sobre cómo estas estrategias ayudan a nuestras empresas, a otras empresas, y al resto de Ciudadanos en general.

En primer lugar, se encuentran los datos externos utilizados. En contraposición con la utilización de datos comerciales para la generación de las capas base de nuestros IDEs, frecuentemente se olvida que tenemos a nuestra disposición el conjunto de datos de Alta Calidad ofrecidos por el IGN, CNIG y resto de Administraciones Locales y Autonómicas. Estos se encuentran a disposición libre y gratuita, suponiendo un ahorro considerable frente a soluciones basadas en el uso de datos propietarios de empresas privadas que necesitan una inversión, no sólo en su adquisición, también en su mantenimiento.

De la mano de estos, se encuentran los datos generados por nuestras organizaciones. Ponerlos a disposición de otras organizaciones de la forma más sencilla y barata posible, con un tipo de licenciamiento accesible, es primordial para impulsar su uso por las diferentes partes de la sociedad. No sólo por las empresas si no por el conjunto de los Ciudadanos. El apoyo a iniciativas de publicación libre de los datos georreferenciados presenta oportunidades para que las empresas los utilicen en sus actividades y sean un motor más en la reactivación económica.

Por otro lado, se encuentra la tecnología empleada para poner estos datos y servicios a disposición de los usuarios. El uso de tecnología propietaria en este punto, crea la dependencia de ciertos entornos empresariales. El uso de herramientas ampliamente utilizadas, contrastadas dentro del ámbito de las tecnologías basadas en software libre, presenta una ventaja nada desdeñable en el escenario en el que nos toca trabajar.

Con esto no se quiere decir que invertir en recursos libres sea gratis. Pero el esfuerzo de formación, competencia de los implicados y relación entre empresas, trae un beneficio implícito, al capitalizar a los implicados con el conocimiento y las competencias que no se adquieren con soluciones propietarias.

Es necesario un cambio de mentalidad en algunas organizaciones habituadas a ir de la mano de “las soluciones de siempre”. Hace falta un espíritu innovador y una capacidad de aunar soluciones propietarias y con nuevas soluciones en el ámbito libre, que involucren el conocimiento de la propia organización y a otras con capacidad de llevar a la práctica nuevas soluciones imaginativas y que permitan abrir nuevos nichos de negocio y oportunidades. Existen iniciativas y algunas experiencias en las Administraciones Autonómicas, e incluso a nivel parlamentario, que van en este sentido.

Además de ventajas derivadas del ahorro económico, presentan grandes oportunidades para colaborar con otros organismos públicos y empresas. Son un medio de incentivar la creatividad, la competitividad y el desarrollo de ideas innovadoras. No sólo en el ámbito de la Información Geográfica, las soluciones ayudan a compartir el conocimiento adquirido a las empresas relacionadas con nuestros proyectos y que sin duda, ayudará al conjunto de la industria en la mejora de nuestra competitividad.

La retroalimentación de conocimientos y actividad generada a partir de esta dinámica, son otros aspectos a tener en cuenta. Muchas veces se habla del retorno de la inversión en nuestras organizaciones. Invertir en soluciones que implican a un número no cerrado de empresas, revierte en que todas participan de los beneficios. El sistema de “partners” suele adolecer de la obligación de ir de la mano de empresas “por recomendación de requisitos”. En un sistema de colaboración se está más abierto a la dinámica de incentivar la participación de todas las empresas que tienen algo que decir, enseñar, y el aprendizaje y la innovación recae en todas ellas.

La experiencia adquirida por el conjunto de organizaciones, privadas y públicas, forman parte de la competencia de la Sociedad y cuanto más amplio sea el espectro implicado en ella, mayor será la capacidad que tengamos para producir soluciones de calidad y competitivas.

Publicado por José Gómez Castaño
ADIF

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